¿Qué será de nosotros?

¿Qué fue de Sophie Wilder?, Christopher R. Beha
(Ed. Libros del asteroide)

Charlie Blakeman tiene la teoría de que los hijos de padres fallecidos tienden a arrejuntarse entre ellos. Tal vez sea por la soledad, por compartir la experiencia de la pérdida, o quizá tan sólo por el desconsuelo. A su padre le enterraron en una ceremonia católica porque era lo convencional, y desde entonces no había vuelto a pisar una iglesia. Pero Sophie Wilder, la profunda inteligencia literaria, el alcohol y los cigarrillos, el sexo con los estudiantes, el pelo corto y negro, reapareció años después de que dejaran de verse -y amarse- en la universidad convertida en una devota católica. Efectivamente, ¿qué fue de ella?

¿Qué fue de Sophie Wilder? es la primera novela de Christopher R. Beha, colaborador habitual de Harper´s Magazine, The New York Times y The London Review of Books. La han descrito como "sobria, poco sentimental e inteligente" (Whasington Post) y "sorprendente literatura contemporánea" (Commentary) entre otras cosas. Trata de unos "jóvenes blancos neoyorkinos acomodados" encantados de conocerse que se dedican al arte. Entre ellos está Charlie Blakeman, que publicó una primera novela sobre este ambiente (un poco a lo Easton Ellis) y pasó sin pena ni gloria. Ahora no consigue escribir y ha vuelto a su vida Sophie: su novia-rollo-amante de la universidad, buenísima escritora y lectora que fue famosa durante unos meses por un libro de relatos, y que después se casó y se convirtió al catolicismo. Lo cierto es que es una novela sencilla y correcta, con algún pasaje destacable, que gustará a los amantes de la novela clásica. Clásica entendida como una estructura lineal, basada en las experiencias vitales de los personajes y con algo de reflexión metaliteraria, con un suspense que se resuelve al final y un final medianamente abierto, que lo máximo que se arriesga en cuanto a experimentación formal es en la combinación -muy buena- de la narración en primera persona de Charlie y en tercera persona de la vida de Shopie -un narrador omnisciente que quizás pueda ser la futura voz narrativa de la obra aún no empezada de él-.

Lo mejor de la novela es la descripción de la atmósfera universitaria y la relación de los dos protagonistas, encerrados en una habitación de residencia de estudiantes entre pitillos, libros y borradores, sin un atisbo de duda de que los dos conseguirían ser grandes escritores porque, al final y al cabo, tenían talento y lo deseaban con todas sus fuerzas -"es lo que echo de menos de aquellos días: la libertad de desear; la creencia de que nuestros deseos nunca nos decepcionarían"-; y también la trama secundario que se esconde en carpetas de cartón: Sophie, como buena católica, cura al padre de su marido en su lecho de muerte, Bill Crane, un señor arisco que abandonó a Tom después de provocar el incendio en el que murió su mujer... o eso creían. Lo que no me termina de convencer es la conversión de Sophie, una de las peidras angulares de la historia. Me suena a que a Beha se le ocurrió el giro del personaje, y efectivamente, es muy buena, pero no sabía muy bien cómo justificarlo. O quizás la lectura de los santos y el repentino calor de dios mientras asistía a una misa era lo que pretendía. Aún así, ¿recomendable?, sí, bastante.

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