Objetos Bonitos No Identificados: por qué colecciono
Soy coleccionista. Y muchas veces me he preguntado por qué uno se hace coleccionista. Es incómodo, de verdad; no tengo espacio para colocar más piezas y me echo a temblar al pensar en una mudanza. Y aún así colecciono. ¿Por qué? Creo que no es tanto por el consumir como por el poseer. Me gusta tener, usar, colocar, ver... cosas bonitas -o al menos a mí me parecen bonitas- que dicen algo acerca de mí, de cómo o soy o de lo que me gusta. Colecciono figuras de búhos; tengo más de 60 o 70, perdí la cuenta hace una decena de ellos. Colecciono robots de aspecto vintage; de esos sí que llevo la cuenta: son siete en el cabecero de mi cama. A pesar de estas cifras, mi auténtica colección, la que de verdad me obsesiona, pero también la que más disfruto y a la que más partido saco, es a la papelería. Me vuelven loca los objetos de papelería y sé que es una locura compartida por muchos. Postales, bolígrafos, estuches... y cuadernos. ¡Ay, los cuadernos! Enormes y pesados, del pe...

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