El erotismo de la posesión

Pues ahí estaba yo, remoloneando alrededor de las pequeñas esculturas de mujeres de bronce y acero de Artigasplanas en la feria ESTAMPA y haciendo cálculos. Cálculos imaginarios, se entiende, porque dudo que los 80 euros que por ahora me ha procurado mi alumno particular me den para algo que estuviese expuesto entre las paredes de la feria. Pero pensé en mi fragmento de graffiti urbano de Borondo y en lo especial que me siento cuando lo contemplo megalómanamente en mi habitación. Es esa sensación de la que tantas veces he hablado y de la que otras tantas hablaré, la excitación, la individualidad soberbia que te llena entero cuando estás contemplando una obra de arte que nadie más puede ver. Es, efectivamente, una forma de erotismo. El erotismo de la posesión. Porque el arte, y no solo el contemporáneo, que la gente escupe muy rápido -los mecenas tienen siglos, o si no bucear en la Wikipedia para conocer los Médici-, está íntimamente relacionado con la posesión. Es el poder de ser dueño de algo valioso, único e irrepetible. Soberbia, avaricia y lujuria, esos tres pecados exquisitos. Hay coleccionistas que sólo compran obras de arte para especular; allá el marchante sin criterio que quiera dinamitar los valores intelectuales del arte. Pero muchos coleccionistas, esos insufribles que tienen imperios de petróleo o marcas de lujo, poseen además un gusto estético muy fino y una apreciación por el arte que mucha gente no cree que exista. El arte es intrínseco al capitalismo, en todas sus formas, desde las más primitivas a las actuales. Necesita de alguien que, fascinado por una capacidad creadora, deje salir ese instinto de posesión tan humano, ese erotismo por la estética, y lo compre, a golpe de talonario, y lo lleve a su rincón privado para admirarlo en soledad. Si al artista, primer y último dueño de la obra, le parece bien, ¿qué tiene el mundo que opinar? Una servidora es la primera que prefiere ver un Dalí en un museo que en el estudio de un ricachón; y bien, eso queda en manos del tiempo y en la vocación de culturalización humanitaria del magnate.

Comentarios

  1. ¡Hola y gracias por pasarte por mi blog! Sí que nos veo futuro, por eso de la compatibilidad, jaja. Te comento aquí, porque esta entrada me ha encantado :) ¡Nos leemos!

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